Entrenando la Pupila del Drama
- Marisol López
- 21 jun 2016
- 2 Min. de lectura

“es que no entiendo por que la gente no me no me comprende” “es que mi vida fuera diferente si..” “el universo conspira contra mi” …
Esto mi amigo se llaman dramas y hay que prender los focos rojos porque un drama generalmente tiene dos constantes, la primera es que está ligado al fatalismo de forma que un mínimo evento está llevado al punto de tragedia griega es un hecho que si bien afecta a las personas no va a matarlas ni a dejarlas mutiladas y la segunda es que tarde o temprano pasará y no nos dejará nada, en algún punto del tiempo dejará de ser relevante.
La idea que te quiero transmitir no es que seamos insensibles, Dios sabe que si la humanidad está como está es por falta de sensibilidad por el prójimo, pero hay que ser estrictos con nuestras emociones, porque si no aprendemos a filtrarlas adecuadamente nos desgastaremos inútilmente en buscar cosas que no reportan utilidad. Y es que estar involucrado en un drama o vivir nuestros dramas implica un desgaste emocional sin precedentes.
Como mexicanos estamos acostumbrados a consumir drama, simplemente porque el drama vende y vende bien, imagina por ejemplo la noticia de una manifestación afuera de un palacio de gobierno de cualquier lugar del país, sin duda sus reclamos deben ser importantes pero lo que en realidad vende para los medios y para los consumidores de esos medios es la imagen de sufrimiento, si esa manifestación es de ancianos o de personas en desventaja económica el drama vende aun mas y al final de la nota solo nos quedamos con la idea del drama de la señora que grita o del anciano que está en huelga de hambre y no de lo que realmente era importante, sus reclamos y la forma en que se podrían resolver.
Lo mismo pasa en nuestras vidas con nuestros dramas personales y los de nuestros amigos, estamos tan acostumbrados a tirarnos al drama, a convivir con él, a alimentarlo y hasta a consentirlo que no hemos practicado la segunda parte, la que nos habla de analizar las opciones para resolver el problema o en todo caso no darle a las cosas mayor importancia de la que realmente tienen y eso solo se logra entrenando la pupila, la mente y el alma.
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